AMOR DE POETA...
Amor de poeta...
Que sacudidas manos la que me das,
tan así de imprescindible de clamores;
más solo los laureles me atrapan a ti,
a los bajos instintos renace un girasol;
entre los lazos de tus manos palpitas,
mi profundo sueño escondido en ti;
a las plegarias hechas como un papel escrito,
me añorabas en mar y tierra;
mas las palabras del alma noble,
caían al pasto como roció que latía...
Mas tu primera palabra fue decirme un te amo,
a tu dulce voz como sirena encantadora;
estremecía como el aire en su entorno,
la presencia de una niña tierna que sentía;
a la falta de un vació inevitable en cruz,
me pediste a cantarte mil versos;
como las veces de nubla, mas mi voz te tocaba,
como el acordeón me escuchabas lo bohémico;
mas la tristeza se largaba, más tú llegabas con velos,
ya mi vida era diferente, a la más maravillado que sentía...
Mas fue el primer beso apasionado que me quitas,
de mis labios en los tuyos, me embriagabas;
ya un sediento en la sed, de los besos salen a miel,
las caricias dadas en una enredereda;
como un preso privilegiado de ti, en el sepulcro,
nada me faltarse si tú deleitabas a la naturaleza;
nunca tuve, aquel pedazo de pan obsequiado del cielo,
mas solamente tú, mi ángel alegre en las noches de pasión;
las estrellas no paraban de girar y brillar intensamente,
pero nada especial que tú mi luz que me iluminaba...
Que día tan placentera en el fugaz de querernos,
al limite de la frontera, ya no un forastero;
mas tú que me hechizaste a lo mas dulce de ti,
sin saber que seria, mas a lo más tácito me sentía;
crecía tanto, tanto nuestra semilla cultivada,
fruto de esta tierra, que nos vio estar juntos de nuevo;
aquel vuelo de los cisnes blancos me atraían a ti,
cuando te observaba en el lago azul, solo tu la dulce;
en mis sueños rebuscados te llamabas una vez más,
a la noble compañía leal, más te anhelaba...
Ya mi pobre corazón, tenía dueña al fin,
tú que me distes un nombre especial diferentes a otros;
a lo más comparado, amante por siempre del delirio,
más tú la fiel inspiración de ellas escritas en el ayer;
me dijiste poeta, quien soy en vida, la alegría,
vista del alba misma, al quien pronuncio las palabras;
como un coro en sinfonía, más tú soñadora de mi alma,
escribo el mejor de mis poesías de mi vida, más solo tú;
mi fortaleza mía, tomada en mis brazos contagiante y el rostro,
pintado con el lienzo manifiesta mi alegría observada...
Ya mi respiro se me hace plena al viento repudiante,
alimento de mi vida insaciable fuiste tú;
entre el laberinto de pasión que forjamos,
miro mi mar ya no esta sola, en las noches;
a lo sublime y mágica luna acompañante,
te tuve entre mis brazos, las puertas se abrieron;
a lo mas tierno inalcanzable de mi, entregado,
entre la escarcha de trozo de hielo, mi agonía;
de ser el único, que te marque en el corazón,
ya que la mía lo estaba, más solamente tú...
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Editado 08/12/2004