Quédate a mi lado…
Cuando las estrellas tiritan azules,
más de tus ojos tiernos me embrujaron;
a lo más sublime de los caminos recorrido,
más yo te añoraba de día y de noche temple;
de blanca te encontré como la luna llena,
a los instintos de mi naturaleza fugaz;
te lleve en mis pensamientos blancos,
como las nubes al mirar mil rocíos;
nada que sobraban mis reflejos en ti…
Quédate a mi lado…
Tan solo un instante de mi vida,
mas un vaivén fue tu cabellera negra,
sujetas al rose del aire cauteloso,
más en ti despejaba mi mar azul;
en las solías de la arena calidas,
te sentí junto a mí, los egos;
solo jamás no pudiera imaginar,
mas tú suplicabas del alma renaciente;
nada que no fuese tú mis sueños…
Quédate a mi lado…
Sujétame otra vez de tus manos,
las caricias deliriosas que me dabas;
tan tenue a la expresión evocada,
sin poder anhelarte los suspiros;
antes dados por ti en primavera,
girasoles que ríen si te tuviese siempre;
mis llantos contemplados sinceros,
me dejaron mirarte a lo último del rincón,
donde te encontrabas siempre esbelta;
nada que fuiste única en mi vida…
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